A finales del siglo XIX, el misionero inglés William Newell llegó al Cusco instalándose en el Colegio Nacional de Ciencias y Artes e inculcando la práctica de un deporte que su país había inventado y que en el Perú daba sus primeros pasos. La Federación Española, evidentemente, intentó descalificar a los catalanes por incomparecencia, lo que automáticamente habría dado el subcampeonato de España al Deportivo.