Erico volvió a consagrarse goleador del torneo con 40 goles. Esto significó para el paraguayo un récord más: convertirse en el único en resultar goleador de tres campeonatos consecutivos. El poder de Independiente no se basaba únicamente en su ataque; tanto en 1938 como en 1939 contó con la defensa menos goleada de los campeonatos. En 1939 el ataque fue reforzado con Juan Maril, y los Diablos Rojos lograron el bicampeonato, marcando 103 goles en 34 juegos.